viernes, 14 de septiembre de 2012

2 de Octubre de 2012 - 19h30 - Casa del Libro - Madrid - Retail Coaching - Madrid

Espero verte el día 2 de octubre a las 19h30. 
Compartiré las claves del Retail Coaching en una conferencia abierta al público. 
Que seas un buen amigo de años o un contacto de alguna red social, me hará ilusión verte ahí y poder compartir en persona. Generaremos una discusión.
La entrada es gratuita; solo tienes que enviarme un email benoit.mahe@capkelennn.com

un saludo,
Benoit

jueves, 13 de septiembre de 2012

IE Retail Club: 3 CEO desde dentro...


Esta tarde tocaba llenarse y dejarse inspirar por la trayectoria, la energía y el éxito de 3 CEO del retail español, 
  • Carlos Delso - Louis Vuitton
  • Carlos Vidal - Dunkin Donuts
  • Javier de Rivera - Gocco
Moderado por el consejo del IE Retail Club: Sergio Rivas y Oscar Molina.


Mis enseñanzas:
=> Verticalización: los negocios exitosos de esos últimos 10 años dominan la cadena completa: Ikea, Louis Vuitton, Zara, Nespresso.
=> Autenticidad: lo menciono mucho en el libro Retail Coaching. Pude comprobarlo. el camino hacia la cima de una organización de Retail permite revelar lo mejor de cada uno., y trasmitirlo a la organización y en especial a la primera fila de fuego: los vendedores.
=> Reirse: es comunicativo, y viene mejor que unas tiendas tristes y deprimidas.
=> los momentos de "clic". esos momentos en los que se juega una carrera por una decisión.

También me quedo con esas 4 reglas de los jesuitas (gracias Carlos; yo también pasé 9 años con ellos y comulgo con esos preceptos:

  1. Fijar metas ambiciosas; en coaching lo llamamos visión , y se diferencia claramente de un objetivo comercial
  2. Innovar, en especial en su forma de abordar a las personas
  3. Conocerse a sí mismo
  4. Amor por el prójimo (el cliente y el empleado)
Gracia señores. habéis levantado alto el estandarte del retail español.
La próxima ponencia la primera quincena de noviembre sobre NeuroMarketing, moderada por Alicia Davara.

lunes, 10 de septiembre de 2012



Nombrando al vendedor                   
       

            En el esfuerzo por trasmitir estima y consideración a los equipos en tienda (y que así se sientan en confianza para atender con chispa al cliente), resulta pertinente cuidar la forma cómo se nombra al vendedor. Así, la cadena de belleza Sephora no les llama “vendedoras” sino “MakeUp artist”, artistas del maquillaje. En Yves Rocher, será “asesora en belleza”. Estamos hablando de la misma persona pero le estamos otorgando un estatus, un reconocimiento y una dignidad muy superior al habitual y debilitante vocablo de “dependienta” o incluso “vendedora”, que no siempre resulta bien percibido.

            En ese afán de consideración, también se cuidará el nombre de cada persona. A todos nos gusta que nos llamen por nuestro nombre. Recuerdo con emoción una conversación con Salvador, ese gerente de un restaurant situado en un aeropuerto en las Islas Canarias. En nuestra primera sesión de coaching, observando que soy francés, me indica:


- Pues yo también tengo una colaboradora francesa. Se llama Amélie… pero la llamamos Céline.
- Ah... ¿y porque la llamáis Céline si se llama Amélie?, le pregunto
- ¡Pues porque vi en su cedula de identidad que Céline es su segundo nombre y a mí me encanta la cantante Céline Dion!”
- Pues de hecho en Francia no se suele usar ese segundo nombre sino para fines administrativos ¿Y a ella le gusta que la llamen Céline?
- ¡No! De hecho siempre nos pide que la llamemos Amélie pero nos parece más divertido y ahora hasta en la central la llaman Céline! ”.

            En esta primera sesión, Salvador toma conciencia del punto y acordamos que en su primera sesión de Retail Coaching con Amélie Céline, le preguntaría cómo quiere que la llamen. En nuestra segunda sesión, lo primero que me comenta Salvador fue la reacción de agradecimiento de Amélie cuando él aceptó llamarla por su nombre y envió una nota interna para que hasta en la central se hiciera de esta forma. Casualmente, el UPT de Amélie este mes experimentó un fuerte aumento.

            Se puede extender el punto a los diminutivos (Paquita, Pepe) y los apodos... que no siempre están bien apreciados. Merece la pena al recibir un empleado nuevo preguntarle : “¿Cómo te gusta que te llamemos?”